De niña estuve ingresada varios meses en un hospital y lo cierto es que aunque estuve grave, no era consciente de ello. Para mí el hospital era un sitio aburridísimo, donde me hacían daño con las jeringuillas y estaba con personas que no conocía.
He conocido la Fundación Theodora, con payasos que realizan visitas a los niños ingresados en hospitales. Son artistas profesionales que dedican su tiempo a los niños. Se llaman los doctores Sonrisa y su misión es hacerles reir.
Me sorprendió que los payasos hablaban de entretener a los padres, tanto como a los hijos. Y es que los padres son las verdaderas víctimas. El niño lo vive a su manera, con esa forma simplificada de entender el mundo. Pero los padres se enfrentan a la complicada situación de ver a su hijo enfermo, con todas las consecuencias que eso implica.
La buena aptitud ante la adversidad es básica para salvar estos baches de los que está formada nuestra vida. Con una sonrisa se hace todo un poco más fácil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario