Vamos a ver: ¿son o no son buenas?. Dicen que sólo si se utilizan en períodos de tiempo moderados y dentro de la actividad normal del niño. Sí, todas esas cosas dichas quedan muy bien, pero ¿cómo se consigue algo así?.
He encontrado una guía para padres muy recomendable donde el fabricante va desmontando uno a uno todos los prejuicios contra las consolas.
Los argumentos que expone son:
- Establecer un hobby común con tu hijo.
- Promueve la imaginación y la creatividad.
- Enseña a focalizar la atención en una cosa.
- Le permite crear un mundo con reglas.
- Aprende a tomar decisiones.
- Le capacita para resolver problemas.
- Prohibir su uso no es bueno.
- Tener en cuenta el efecto "novedad".
- Aprende el autocontrol con el tiempo de uso.
A día de hoy, ante la tremenda adicción que tenía mi hijo, la nueva norma implantada es que sólo se juega en fin de semana, ¿estoy poniendo puertas al campo? ¿Tenéis vosotros una consola?
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