¿OCULTAR LA DISCAPACIDAD?



Quiero reflexionar hoy sobre si es un niño es conveniente o no ocultarle su discapacidad física.

Un niño no es un adulto y su forma de entender las cosas difiere notablemente de nuestra capacidad de entendimiento.

Por otra parte, cada día me sorprendo por cómo los niños son capaces de saber todo lo que ocurre (lo que se cuenta oralmente y lo que no), de cómo afrontan los problemas con absoluta naturalidad.

La carga dramática que los adultos otorgamos a una discapacidad, para ellos, la mayor parte de las veces no existe o no en ese grado.

Recuerdo mi estancia durante mi infancia todo un verano en el hospital, con una enfermedad que me llevó al borde de la muerte, y mi única preocupación era que no había podido comer unos bollos por haber sido ingresada. Siempre recordaré aquellos bollos que no comí y siempre recordaré cómo un niño cambia la escala de valores y en un hospital piensa en comer.

Todo esto conduce a pensar que lo mejor para un niño con una discapacidad física "leve" (de esas que sólo se notan si te fijas) sería contárselo con naturalidad y que no sea un tabú algo que puede ver y sentir con sus propios ojos como discapacidad.

Sin embargo, para un padre no es fácil decirle a su niño: "En tí algo no funciona bien"... Realmente es algo estremecedor y muy doloroso.

Fue entonces cuando encontré este video sobre discapacidad del caso de Caroline Casey. En él ella cuenta cómo sus padres le ocultaron su ceguera parcial hasta que ya de adulta lo descubrió de forma casual. La razón de sus padres para la mentira era que no querían que ella se pusiera "auto" obstáculos, que pensara que era posible hacer cualquier cosa.

Una discapacidad física es un impedimento que puede condicionar de forma total el desarrollo de un niño. ¿Su ocultación es aconsejable o un futuro trauma para el niño cuando la descubra?

CUIDEMOS LOS PINGÜINOS


He leído una historia real tan conmovedora, que no me resisto a contárosla.

La protagoniza Colby, un niño autista de 7 años. Su madre golpeó con el pie sin querer a su peluche pingüino y Colby fue raudo a colgar en su nevera el dibujo que os traigo: "Prohibido dar patadas a los pingüinos".

El dibujo es tan original que su tío lo colgó en su blog. Un científico de la Antártida lo vio y decidió colocarlo en varios sitios estratégicos de su base, publicando las fotos en internet. La fama llegó rápido: humor y denuncia en un simple dibujo infantil.

Hoy en día hay una página donde puede comprarse productos con el dibujo de Colby, cuya recaudación se destina a la Asociación Nacional del Autismo en EE UU: http://www.nokickingpenguins.org/

Una hermosa historia llena de buenos propósitos.

Foto | connor9
Fuente | Fogonazos: El niño que prohibió "patear a los pingüinos"
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